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viernes, 5 de septiembre de 2014

Hasta la eternidad . . .

Voy a amarte hasta que las estrellas desaparezcan del firmamento
y las hojas de los árboles dejen de caer con la llegada del otoño;
mientras las olas del mar sigan llegando a las costas
y el sol siga ocultándose para acompañar al atardecer
seguirá perdurando el sentimiento que has despertado en mí.
Podría vivir con mi piel enganchada a la tuya
y mis manos sintiendo la caricia de tu pelo contra sus palmas,
escucharía durante cien siglos las palabras que salen de tu boca
y pediría en el último de mis suspiros, poder deleitarme con tu recuerdo
sintiéndolo muy dentro de mí hasta la eternidad.
Aunque las horas transcurran dolorosas cada vez que estoy a tu lado
y la distancia amenace con separar mis ilusiones
del bálsamo que es tu presencia en lo más hondo de mi corazón
no cesaré de sentir este amor que has despertado en mi alma
aunque el mismo llegué a dolerme más que mil dagas encendidas.
Supiste como vencer mis barreras para adentrarte en cada rincón de mi mente
hoy danzas de forma indefinida en mi imaginación
preguntándome si será posible hacer perdurar el momento
pues no hay nada que anhele más en esta vida
que dejar la huella de este amor hasta la eternidad.
No tengo miedo de las sombras que amenazan lo que estoy sintiendo
pues esto es más grande que cualquier adversidad
si acaso enmudezco y me pierdo en la desilusión
de solo imaginar que puedas marcharte en cualquier instante
abriéndole paso al fantasma de mi soledad...