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martes, 31 de enero de 2012

Para que tu tristeza se termine . . .

Para que tu tristeza se termine,
y tu felicidad no tenga fin,
permite que el “ahora” en ti germine
cual delicado lirio en tu jardín!
Deshazte del ayer y del mañana…,
que sólo este momento es el que cuenta!:
este tenue fulgor de filigrana
que sobre el corazón se te aposenta…
Sal de tu mente…!, que en base a fantasías
su cárcel de creencias va tejiendo,
y adéntrate en la loca algarabía
de estar, aquí y ahora, sólo “siendo”!
Funde tu corazón con lo que miras!,
vuélvete el cielo azul de porcelana…,
el remolino aquél…que gira y gira…,
o la gota de luz en tu ventana!
Y al transformarte tú en la pincelada,
en el trazo sutil del cuadro inmenso,
sentirás de manera inesperada
que te has vuelto tú mismo todo el lienzo!
Y en ese estado de conciencia expandida
verás que todo se transforma en fiesta:
ir al trabajo…, preparar la comida…,
bajar al valle…, o subir la cuesta…
Porque “la cosa en sí” es lo trascendente…,
y cuando estás “presente” de verdad,
se vuelve ese momento, de repente,
una caricia de la eternidad!
Y al dejar que tu mundo se ilumine
con la luz de ese “ahora” danzarín,
haces que tu tristeza se termine…,
y tu felicidad no tenga fin…!

domingo, 29 de enero de 2012

Eres tu mujer . . .

¡Que tienes el don de engendrar en tu vientre la semilla que da la vida!...
¡Que alimentas la vida !...
¡Que has mecido con tu amor la cuna de reyes y conquistadores!...
¡Que en infatigable lucha sufres y padeces las injusticias de este ingrato mundo que se niega a ver en ti la madre que nos dio la vida!...
Por todo eso, y por mucho más…
¡Mujer!...
¡Gracias! Por que a pesar se tus sufrimientos, ¡Sigues engendrando la vida!...
¡Gracias! Por tener la paciencia, ¡Y el tesón para creer!...
¡Gracias! Por que sin ti, ¡La vida no existiría...
¡Gracias! Por darme la vida, ¡Que hoy tengo!...
¡Gracias! Por todo eso. ¡Y por mucho más!…
Mujer,

¡Gracias por existir!...

Te Deseo . . .

Te deseo primero que ames,
y que amando, también seas amado.
Y que, de no ser así, seas breve en olvidar
y que después de olvidar,
no guardes rencores.
Deseo, pues,
que no sea así, pero que sí es,
sepas ser sin desesperar.
Te deseo también
que tengas amigos,
y que, incluso malos e inconsecuentes
sean valientes y fieles,
y que por lo menos haya uno
en quien confiar sin dudar
Y porque la vida es así,
te deseo también
que tengas enemigos.
Ni muchos ni pocos,
en la medida exacta,
para que algunas veces,
te cuestiones tus propias certezas.
Y que entre ellos,
haya por lo menos uno que sea justo,
para que no te sientas demasiado seguro
Te deseo además
que seas útil,
más no insustituible.
Y que en los momentos malos,
cuando no quede más nada,
esa utilidad sea suficiente
para mantenerte en pie.
Igualmente,
te deseo que seas tolerante,
no con los que se equivocan poco,
porque eso es fácil,
sino con los que se equivocan mucho e irremediablemente,
y que haciendo buen uso de esa tolerancia,
sirvas de ejemplo a otros.
Te deseo
que siendo joven
no madures demasiado de prisa,
y que ya maduro,
no insistas en rejuvenecer,
y que siendo viejo no te dediques al desespero.
Porque cada edad tiene su placer
y su dolor
y es necesario dejar que fluyan entre nosotros.
Te deseo de paso que seas triste.
No todo el año,
sino apenas un día.
Pero que en ese día descubras
que la risa diaria es buena,
que la risa habitual es sosa
y la risa constante es malsana.
Te deseo
que descubras,
con urgencia máxima,
por encima y a pesar de todo,
que existen,
y que te rodean,
seres oprimidos,
tratados con injusticia y personas infelices.
Te deseo
que acaricies un perro,
alimentes a un pájaro y oigas a un jilguero
erguir triunfante su canto matinal,
porque de esta manera,
sentirás bien por nada.
Deseo también
que plantes una semilla,
por más minúscula que sea,
y la acompañes en su crecimiento,
para que descubras de cuantas vidas
está hecho un árbol.
Te deseo,
además,
que tengas dinero,
porque es necesario ser práctico,
Y que por lo menos una vez por año
pongas algo de ese dinero frente a ti y digas:
"Esto es mío".
sólo para que quede claro
quién es el dueño de quién.
Te deseo
también que ninguno de tus defectos muera,
pero que si muere alguno,
puedas llorar sin lamentarte
y sufrir sin sentirte culpable.
Te deseo por fin que, siendo hombre,
tengas una buena mujer, y que
siendo mujer, tengas un buen hombre,
mañana y al día siguiente,
y que cuando estén exhaustos y sonrientes,
hablen sobre amor para recomenzar.

Si todas estas cosas llegaran a pasar,
no tengo más nada que desearte...

Un Beso Nada Más . . .

Besame con el beso de tu boca,
cariñosa mitad del alma mía:
un solo beso el corazón invoca,
que la dicha de dos... me mataría.
Un beso nada más! Ya su perfume
en mi alma derramándose la embriaga
y mi alma por tu beso se consume
y por mis labios impaciente vaga.
Júntese con la tuya! Ya no puedo
lejos tenerla de tus labios rojos...
Pronto... dame tus labios!
Tengo miedo  de ver tan cerca tus divinos ojos!
Hay un cielo, mujer en tus abrazos,
siento de dicha el corazón opreso...
Oh! Sosténme en la vida de tus brazos
para que no me mates con tu beso!

domingo, 15 de enero de 2012

Ojalá te enamores . . .

Los gitanos maldicen, y la peor maldición jamás dicha es solo una.
La más funesta.
La más terrible.
Basta que crean tener un enemigo, un enemigo específico, concretamente, un desapasionado, la ausencia de pasión es una afrenta para quien vive con ella a flor de piel, que lanzan el guante y el hechizo.
Lo sentencian para siempre, y el condenado convive eternamente con el peso del dictamen sobre su cabeza, su alma y corazón.
Ojalá te enamores.
Ojalá te enamores, dicen y maldicen.
Ojalá te enamores, digo yo.
Y no es solo una sentencia, es además un deseo.
Ojalá te enamores y sientas el deseo descontrolado de recorrer las calles mojadas yendo de la mano, de noche, sonámbulo y ebrio.
Desconcertadamente feliz.
Ojalá te enamores y no sepas qué hacer.
Que sientas el alma bellamente desgarrada y desees que cada girón sea unido solo por una persona en el mundo, solo una.
Aquella persona que pueda desnudarte con solo pensarlo, y que el despojo no te inunde de frío.
Ojalá te enamores y no puedas con eso.
Que cada rincón de tu memoria sea habitado por un solo pensamiento, y que aquellos que huyen en otra dirección no encuentren el rumbo si no es con la guía de quien todo lo abarca.
Ojalá te enamores y sientas que no es posible estarlo si no es con la proyección vital del deseo, que no concibas la vida si no es reflejándote en otra mirada y otras manos.
Pero enamorarse no es para cobardes y convivir con dicha maldición no es para necios.
Enamorarse solo es para aquellos que pueden con un destino atravesado, para aquellos que lleven un escudo y un carcajada por las dudas, y que por las mismas dudas pueden dejarlo en tierra.
Enamorarse es para hombres comunes, esos que van vulnerables por la vida y que cuando es necesario, se la juegan por el suspiro de una mujer que baila.
Enamorarse es para aquellos a los que no les incomoda ser espectadores, a sabiendas de que pueden ser protagonistas con solo quererlo.
Enamorarse es para quienes pueden correr bajo la lluvia sin que las gotas los mojen, solo movidos por la pulsión de subirse a un tren que los espera.
El tren espera, y ellos corren justamente por ese motivo, para evitar la espera del otro.
Eso es enamorarse, creo.
Y eso es poner el amor en acción.
Enamorarse, en fin, no es para cualquiera.
Solo unos pocos pueden con tamaña maldición Ojalá te enamores.
Y no puedas con eso.
Y que corras hacia el tren bajo la lluvia.
Y que no te mojes.

Ojalá te enamores!!!